Yancanelo, la mayor empresa productora de aceite de oliva extra virgen de Mendoza, presenta su primer aceto balsámico tipo Módena elaborado y embotellado en San Rafael.
Con este producto la compañía completa su línea de aceites y llega al mercado en botellas de 250 cm3 y con un precio sugerido al público de $60.
El nuevo aceto balsámico de Yancanelo está elaborado bajo el método tradicional italiano, a partir de mostos añejados durante siete años en barricas de castaño, roble, fresno, morera y cerezo. Se presenta levemente dulce, con muy buena concentración, equilibrio y redondez, lo cual lo acerca más al estilo y gusto de los tradicionales acetos italianos reconocidos internacionalmente por su calidad.
“Hemos logrado obtener un producto de gran calidad que mantiene la real relación de dulzor y acidez presente típica del producto modenés pero hecho en tierras sanrafaelinas,” comenta Ricardo Rottjer, Gerente Comercial de Yancanelo, y agrega “Con este aceto reforzamos la oferta de nuestra empresa con el objetivo de seguir ofreciendo al mercado novedades con la calidad que ya es reconocida.”
El aceto Yancanelo es producido en San Rafael, provincia de Mendoza, en el único acetificio del mundo que existe fuera de Italia. La elaboración, que se realiza con el tradicional estilo de Módena en baterías de siete tipos de barricas importadas de Italia y se utilizan las mejores uvas que son especialmente seleccionadas.
Cómo se obtiene el aceto balsámico:
En el panorama de los condimentos en base acética, el aceto balsámico tradicional de Módena constituye una realidad única en el mundo. A diferencia del vinagre, que deriva de un líquido alcohólico, éste se obtiene directamente del zumo de uva. El aceto balsámico se obtiene a partir de mosto de uva cocido que sufre un proceso natural de fermentación y oxidación muy complejos, concentración y añejamiento (añejamiento que en ningún caso es inferior a los 12 años) que se lleva a cabo pasando a través de varios toneles de diferentes maderas y tamaño cada vez menor (roble, castaño, mora, cerezo, fresno y enebro son las más usadas). Todo ello acompañado por veranos cálidos e inviernos fríos que determinan su carácter final. De 100 kg de uva se obtienen 70 litros de mosto fresco que luego de la cocción se reducen a 30 litros. Según la tradición el aceto balsámico se produce con uva blanca dulce, y a su vez la vendimia debe ser diferida al máximo para aprovechar hasta el último rayo de sol.
En la tranquilidad de los acetificios, con la especial técnica de los transvases y muchos años de afinación y envejecimiento, el producto de transformaciones micróbicas y enzimáticas alcanza un extraordinario equilibrio de aroma y sabor.
El aceto balsámico extra viejo se denomina así por su período de envejecimiento: de 12 a 25 años al menos para el producto que lleva esta inscripción.
El aceto balsámico es de color oscuro intenso y brillante, manifiesta su densidad en un correcto y fluido espesamiento. Tiene un aroma característico, complejo, penetrante, con evidente pero agradable y armónica acidez. Su tradicional e inimitable sabor dulce y agrio, bien equilibrado, se ofrece generosamente íntegro, gustoso, con delicados matices.
El auténtico aceto balsámico, con denominación de origen controlada, lleva el nombre “tradizionale” y se elabora en forma artesanal por una agrupación de selectos productores de la región de Módena o Reggio Emilia en Italia.
Las botellas de 100 ml de este “elixir” pueden llegar a costar más de U$S 100. Sólo se producen 6.000 litros de aceto balsámico “tradizionale” al año.