Tabacalera Sarandí impulsa una campaña contra la industria clandestina y todo lo que ésta conlleva, cuidando el negocio de los kiosqueros y a sus consumidores.
El 80% de los fumadores que alguna vez compraron cigarrillos “truchos” dicen haberlo hecho en kioscos. Participar de la compra y venta de estas imitaciones es un delito federal penado por ley, porque además de resultar una estafa hacia los consumidores, es una forma de apoyar a estas organizaciones marginales que los fabrican en lugares clandestinos, en pésimas condiciones de salubridad e higiene y con materias primas cuya procedencia y calidad son totalmente desconocidas.
Para que los kiosqueros eviten ser engañados por estas redes delictivas, Tabacalera Sarandí difundió comunicaciones donde destaca cuáles son las diferencias entre sus packs originales y los que imitan a sus marcas más vendidas: Red Point y Master.
Lo más notorio es la forma en que se pliega la parte de abajo del pack y cómo están pegados sus laterales. Esto se puede apreciar a simple vista y sirve para identificar rápidamente si se trata de una copia.