La Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA) impulsa la creación de una Ley de Proximidad, una iniciativa que busca ordenar la apertura de nuevos kioscos y proteger la rentabilidad de los que ya existen.
El proyecto plantea que no se puedan abrir nuevos kioscos a menos de 100 metros de otro, con el fin de evitar la saturación del mercado y promover una competencia más equilibrada.
La propuesta surge en un contexto donde la cantidad de kioscos creció de forma acelerada, especialmente en zonas urbanas, con varios locales en una misma cuadra y, en muchos casos, sin habilitación municipal o control adecuado.
Por qué el sector considera necesaria la medida
El objetivo principal de la Ley de Proximidad sería ordenar el rubro y garantizar la sustentabilidad de miles de pequeños comercios.
Entre los fundamentos que sostiene el sector se destacan:
- Evitar la concentración excesiva de kioscos en una misma zona.
- Promover controles más equitativos y mayor formalidad en la actividad.
- Desalentar la apertura de negocios informales o sin habilitación.
- Cuidar la rentabilidad y estabilidad de los kioscos ya establecidos.
También remarcan que en los últimos años se multiplicaron los kioscos informales o instalados en domicilios particulares, lo que genera desigualdad frente a quienes pagan alquiler, impuestos y cumplen con todas las normativas.
Qué pasaría de tener una normartiva de estas condiciones
La norma podría beneficiar a los kioscos formales, al reducir la competencia directa e incentivar un crecimiento más ordenado.
Sin embargo, también implicaría una limitación para quienes deseen abrir un nuevo kiosco, ya que deberían cumplir con una distancia mínima respecto a otros locales del mismo rubro.
Esto generó debate dentro del propio sector, ya que algunos consideran que la medida podría afectar el libre comercio y restringir las oportunidades de emprender con baja inversión, una de las características históricas del kiosco argentino.
Existen precedentes en otros rubros
Aunque la propuesta genera controversia, no sería la primera vez que un rubro comercial enfrenta regulaciones de proximidad.
En varias provincias, las farmacias deben cumplir con una distancia mínima de 300 metros entre locales, según leyes locales como la Ley 10.606 de la provincia de Buenos Aires.
Estas normas buscan evitar la concentración de farmacias en pocas zonas y garantizar cobertura en distintos barrios.
Aun así, son excepciones dentro del comercio minorista: la mayoría de los rubros —como almacenes, minimercados o ferreterías— no tienen restricciones de distancia para su instalación.
Con esta normativa, los kioscos se convertirían en uno de los pocos comercios barriales con una limitación explícita para abrir nuevos locales.
Un debate abierto
Por ahora, la Ley de Proximidad es solo una propuesta del sector kiosquero, sin tratamiento ni presetación legislativa formal.
UKRA planea presentarla ante los nuevos legisladores en los próximos meses, con la intención de abrir un diálogo y conseguir apoyo político.
El desafío será encontrar un equilibrio entre proteger a los kioscos que trabajan en regla y mantener la libertad de trabajo y competencia que caracteriza al comercio argentino.