Heineken renueva sus latas de cerveza combinando el color verde con el aluminio y destacando la estrella roja, símbolo inconfundible, que adquiere mayor preponderancia y se sitúa por encima de la marca en todas sus aplicaciones.
Además, introduce modificaciones en las etiquetas y el packaging, una de ellas, la aplicación de un barniz especial que provoca en la lata una textura que simula la condensación natural de una cerveza bien fría.