Por segundo mes consecutivo, la inflación real se ubicará por debajo del 1 por ciento. Los distintos economistas y analistas privados coincidieron en que el costo de vida registró un alza de entre 0,7 y 0,9% en el mes que acaba de terminar, por lo que prácticamente se repite el índice que se había dado en octubre. De esta manera, el Gobierno puede exhibir dos meses seguidos con una inflación por debajo de la barrera psicológica del 1%, algo que no se daba desde mediados de 2006. La inflación bajo control, sin embargo, no es un mérito que se pueda adjudicar el Gobierno. Más que un éxito de la política de control de precios, la desaceleración en los aumentos se explicaría por una combinación de deflación mundial en alimentos y enfriamiento del consumo doméstico.
«Según nuestros cálculos, la inflación de noviembre oscilaría entre 0,7 y 0,8%, lo que da cuenta de una desaceleración muy pronunciada. En gran parte, este freno se explica por el comportamiento de los alimentos, rubro en que incluso en algunas semanas del mes se registró una deflación en los precios, aunque el promedio de noviembre cerró con un alza del 0,9 por ciento», señaló Marina Dal Poggetto, del estudio Bein.
En la consultora Prefinex tampoco dudan en explicar el freno en la inflación a partir de una caída en la demanda. «El consumo muestra una desaceleración muy importante, que también se siente en las concesionarias de autos y las inmobiliarias y que inevitablemente se tiene que trasladar a los precios, con una inflación interanual que ya se ubica por debajo del 20 por ciento, es decir, siete puntos por debajo del pico que se tocó en mayo de este año», señaló Osvaldo Cado, director de Prefinex.
Los analistas señalan el papel preponderante que desempeñan los alimentos en la desaceleración de la inflación, aunque destacan que no es el único factor que explica el cambio de tendencia. «En el índice de noviembre ya se percibe una baja pronunciada, básicamente por el desplome en el precio de los alimentos, que eran los principales impulsores de la inflación en el primer semestre del año. En promedio, nosotros estamos calculando una suba del 0,9%, en la que también influyen otros factores, como la proliferación de ofertas en rubros como electrodomésticos», explicó Rodrigo Alvarez, economista de Ecolatina.
Dal Poggetto, por su parte, también destaca la baja de precios en indumentaria, como producto de un adelantamiento de las ofertas y liquidaciones, aunque explica que este descenso puntual se podría compensar con los aumentos en las tarifas de algunos servicios públicos. «El dato más relevante es que, en términos anualizados, los dos últimos meses muestran una inflación en torno al 10 u 11 por ciento anual, mientras que hace tan sólo un semestre se había tocado un techo de casi el 30%», explicó la economista.
La desaceleración de los precios, además, le dará al Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) otra oportunidad para empezar a reducir la brecha que separa la inflación real del índice oficial, cuando la semana próxima se informe de la suba del costo de vida de noviembre. Hace un mes se especulaba que el número del Indec podría estar en línea con el dato real, pero finalmente el organismo oficial informó que la inflación de octubre había sido del 0,4%, es decir, aproximadamente la mitad del cálculo realizado por los economistas independientes.
Lo que parece seguro es que el Ministerio de Economía finalmente cumplirá con su objetivo de cerrar el año con una inflación oficial por debajo de la de 2007, que se ubicó en el 8,5 por ciento, ya que en el período enero-octubre acumula una suba de sólo el 6,5 por ciento.