A partir de enero del 2019, los montos máximos de facturación para poder estar en el monotributo y los pagos mensuales que hacen los contribuyentes incrementarán alrededor de un 28,4%.
El nivel de actualización es equivalente a la recomposición que, en función del índice de movilidad dispuesto por ley, acumularán este año los jubilados y pensionados de la Anses.
En el caso de la prestación de servicios, el ingreso tope para ser monotributista pasaría a ser de aproximadamente $1.150.500. En la actividad de comercio la facturación máxima se elevaría a unos $1.725.800.
El Gobierno aún no oficializó el porcentaje de suba de haberes jubilatorios del mes de diciembre, pero ya se conocen las variables que permiten estimar que rondará el 7,7%. Este año las variables se incrementaron en un 28%, porque eso fue lo que habían subido las jubilaciones durante 2017.
En el 2018 el porcentaje aplicado superó el nivel de inflación de los 12 meses previos, pero en 2019 el esquema impositivo tendrá una actualización inferior al incremento de los precios que, según se estima, será cercano al 45%.
Los montos a pagar mensualmente se elevarán en igual porcentaje. El componente impositivo en la categoría más baja, hoy de $ 87,04, pasará a ser de un importe cercano a los $112.
Para estar en la categoría A se podrá facturar anualmente aproximadamente más de $138.000 en lugar de los $107.525 permitidos por ahora. El aporte con destino al sistema jubilatorio pasará a ser de unos $493 en el escalón más bajo del esquema.
A medida que se avanza en el cuadro de categorías el monto se incrementa un 10%. La categoría K (solo válida para la actividad comercial) a $996,04 este año, llegará a $1279 en enero.
En el mismo mes de enero se hará una de las recategorizaciones obligatorias del régimen, que desde ahora son dos por año (antes eran tres).
Los contribuyentes deberán basarse en el esquema actualizado y observar los números de su actividad durante 2018, para saber si están bien ubicados en una categoría o si deben modificarla.