A comienzos de la década anterior, es decir año 2010, comenzó una etapa de modernización en los medios de pago, como lo es la tarjeta de débito. No todos los comercios aceptaban este medio de pago, pero desde 2018 es obligatorio para todos los comercios.
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Desde 2016 se autorizó la posibilidad de consumir con débito en e-commerce, ante solo podían aceptar crédito.
Sumado a las billeteras digitales, promociones bancarias solo con débito, tarjetas prepagas, aplicaciones bancarias que todos utilizan como es el caso de Cuenta DNI en la provincia de Buenos Aires, Mercado Pago, BNA+ de Banco Nación, hasta credenciales digitales.
El año 2020 se vió muy marcado con estos cambios de costumbres como consecuencia del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, las ventas con tarjeta de débito han aumentado 14.29%, por el contrario el crédito ha bajado un 11.52%.
Que la gente no consuma a crédito no es buena noticia, no solamente para los bancos sino para la economía en general, porque esto significa que las pymes están vendiendo cosas de más bajo valor.
El crédito hace que la persona pueda consumir por encima de su ingreso mensual. A crédito se compran electrodomésticos, autos, etc. Entonces, ¿quién pierde con la caída del consumo a crédito?: los bancos, las emisoras de tarjetas, pero lo más importante es que pierde la economía porque las órdenes de compra son reducidas para pagar en lo inmediato, y entonces los vendedores, por más que vendan más, venden cosas de menor valor. Entonces pierden las pymes, pierde la macroeconomía.
Por otra parte, hubo un fuerte aumento del uso de las tarjetas prepagas del 402.10% explicado fundamentalmente por la tarjeta AlimentAR.
De acuerdo con el estudio, en el cuarto trimestre del año pasado el uso de tarjetas de débito representó el 42,70% del total de transacciones, mientras que un año atrás era el 34,39%. En contrapartida, las de crédito explicaron el 54,48%, cuando para igual período de 2019 eran el 64,43%.
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