En lo que va de 2024, ya han cerrado 10.000 kioscos en Argentina, según la Unión de Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), que advierte sobre el impacto de los «aumentos de tarifas de luz, agua, gas, impuestos y alquileres», además de una «fuerte caída en el consumo». El vicepresidente de la entidad, Néstor Adrián Palacios, explicó que la combinación de costos fijos elevados y la baja rentabilidad vuelve «insostenible poder seguir adelante».
Afirman que el sector ya enfrentaba dificultades desde años anteriores. Durante el gobierno de Mauricio Macri, UKRA reporta el cierre de 28.000 kioscos y los más de 50 mil informados durante el inicio de cuarentena por la CKU. En los primeros 10 meses de gobierno de Javier Milei, ya han cerrado casi un 10% de los kioscos en todo el país, reflejando la gravedad de la situación actual. Además, Néstor Acuña, vicepresidente segundo de UKRA, advirtió que las ventas han caído un 50%, lo que los ha llevado a incorporar productos de almacén para sostener los ingresos.
Y agregó: »En épocas de crisis y de gobiernos que no impulsan políticas populares se convierte en un kiosco almacén. Para poder facturar más ante la caída de las ventas sumamos productos de almacén. Muchos panificados y lácteos que ya no pueden vender en los supermercados vienen a los kioscos».
De esta manera, el kiosco tradicional tiene que incorporar otras productos para evitar las bajas ventas, así como también incluir distintas ofertas y promociones.
Por último, revelaron que ni en Halloween -una época de mucho agite para el sector- las ventas pudieron impactar favorablemente a los kiosqueros. Algo similar se vivió este año con el Día del Niño, en el área de los vendedores de juguetes, quienes auguraron un futuro negro para esa industria y con números bajísimos.