La Cámara de Diputados dio media sanción a un proyecto que promueve el expendio de comida saludable en los quioscos de las escuelas. En Tucumán hay una iniciativa para que los colegios tengan puestos alternativos, donde se ofrezcan productos para una buena alimentación. Proponen más horas de Gimnasia. España, Francia y EE.UU. fueron pioneros en reemplazar los snacks y las golosinas de las expendedoras que tienen los colegios.
Una opción para comprar productos saludables
En las góndolas de los quioscos de las escuelas bonaerenses podrían cambiar los chocolates, los caramelos y las gaseosas por barras de cereal, yogures y frutas si prospera un proyecto que prohíbe la venta de golosinas en los recreos. La Cámara de Diputados le dio media sanción el jueves y la medida será analizada en el Senado. La propuesta apunta a promover la alimentación saludable a fin de reducir los casos de obesidad infantil, según informaron las agencias NA y Télam.
Si el Senado aprueba la ley, se prohibirá la venta de alimentos que no reúnan la calidad nutricional que requiera la dieta infanto-juvenil para garantizar su buen estado de salud. Se promoverá el expendio de yogurt, barras de cereal, alfajores de maicena o pochoclo. Además, se impedirá la comercialización de productos que incluyan figuritas, stickers o cualquier otro incentivo que apunte a favorecer el consumo de alimentos ricos en grasas.
La iniciativa, presentada por el diputado radical Luis Bruni, propone promover buenos hábitos alimentarios, tales como el consumo de frutas, verduras y lácteos, componentes imprescindibles de una dieta saludable. Además, prevé capacitar a docentes sobre obesidad y que los médicos expliquen en las escuelas las consecuencias que acarrea el sobrepeso.
El diputado explicó que hay una necesidad de implementar acciones para combatir la obesidad y tomar conciencia de los riesgos de la enfermedad. Bruni recordó recientes estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación que indican que el 9,2 % de los niños de entre seis meses y cinco años tiene problemas por sobrepeso. El sondeo reveló además que a causa de la mala alimentación en el futuro habrá más casos de hipertensión, derrames cerebrales, diabetes y enfermedades cardiovasculares. El proyecto también desalienta el consumo de gaseosas y de comidas rápidas.
En Tucumán, donde el sobrepeso afecta a uno de cada tres niños, hay un proyecto en la Legislatura para crear quioscos saludables en las escuelas, pero aún no fue tratado. El nutricionista Francisco D’Onofrio consideró que es fundamental, sobre todo teniendo en cuenta que la provincia ya cuenta con una Ley de Obesidad, en la que se establece que las escuelas cumplen un rol fundamental en la lucha contra el mal. “La prohibición de golosinas puede jugar en contra si no se realiza una campaña de educación alimentaria en las escuelas. En Tucumán, se propone que el quiosco saludable sea una alternativa y que se les enseñe a los chicos por qué deben optar por este. Hoy, en las escuelas los niños sólo disponen de comida chatarra. Además, se promueven prácticas sedentarias. La Ley de Obesidad prevé que se deben agregar más horas de gimnasia porque está probado que la única actividad física que practican los chicos es en la clase obligatoria en los colegios, donde cada vez hay menos horas para sumarles tiempo a materias en las que están sentados, como informática”, dijo.
En las góndolas de los quioscos de las escuelas bonaerenses podrían cambiar los chocolates, los caramelos y las gaseosas por barras de cereal, yogures y frutas si prospera un proyecto que prohíbe la venta de golosinas en los recreos. La Cámara de Diputados le dio media sanción el jueves y la medida será analizada en el Senado. La propuesta apunta a promover la alimentación saludable a fin de reducir los casos de obesidad infantil, según informaron las agencias NA y Télam.
Si el Senado aprueba la ley, se prohibirá la venta de alimentos que no reúnan la calidad nutricional que requiera la dieta infanto-juvenil para garantizar su buen estado de salud. Se promoverá el expendio de yogurt, barras de cereal, alfajores de maicena o pochoclo. Además, se impedirá la comercialización de productos que incluyan figuritas, stickers o cualquier otro incentivo que apunte a favorecer el consumo de alimentos ricos en grasas.
La iniciativa, presentada por el diputado radical Luis Bruni, propone promover buenos hábitos alimentarios, tales como el consumo de frutas, verduras y lácteos, componentes imprescindibles de una dieta saludable. Además, prevé capacitar a docentes sobre obesidad y que los médicos expliquen en las escuelas las consecuencias que acarrea el sobrepeso.
El diputado explicó que hay una necesidad de implementar acciones para combatir la obesidad y tomar conciencia de los riesgos de la enfermedad. Bruni recordó recientes estadísticas del Ministerio de Salud de la Nación que indican que el 9,2 % de los niños de entre seis meses y cinco años tiene problemas por sobrepeso. El sondeo reveló además que a causa de la mala alimentación en el futuro habrá más casos de hipertensión, derrames cerebrales, diabetes y enfermedades cardiovasculares. El proyecto también desalienta el consumo de gaseosas y de comidas rápidas.
En Tucumán, donde el sobrepeso afecta a uno de cada tres niños, hay un proyecto en la Legislatura para crear quioscos saludables en las escuelas, pero aún no fue tratado. El nutricionista Francisco D’Onofrio consideró que es fundamental, sobre todo teniendo en cuenta que la provincia ya cuenta con una Ley de Obesidad, en la que se establece que las escuelas cumplen un rol fundamental en la lucha contra el mal. “La prohibición de golosinas puede jugar en contra si no se realiza una campaña de educación alimentaria en las escuelas. En Tucumán, se propone que el quiosco saludable sea una alternativa y que se les enseñe a los chicos por qué deben optar por este. Hoy, en las escuelas los niños sólo disponen de comida chatarra. Además, se promueven prácticas sedentarias. La Ley de Obesidad prevé que se deben agregar más horas de gimnasia porque está probado que la única actividad física que practican los chicos es en la clase obligatoria en los colegios, donde cada vez hay menos horas para sumarles tiempo a materias en las que están sentados, como informática”, dijo.