Son inseparables, tienen fanáticos de todas las edades y viven en el corazón de los argentinos. Conocé la historia de estos dos snacks clásicos de MDLZ.
Cuando somos chicos, algunas cosas quedan grabadas en nuestra memoria. Podemos no acordarnos de una anécdota vieja o de cómo fue aprender a escribir, pero mantenemos marcado a fuego cómo se sentía volver del colegio y tomar la leche mirando nuestro programa de televisión preferido o qué golosina corríamos a comprar al kiosco en medio de nuestros juegos con amigos.
Desde chicos, nuestros chocolates preferidos son parte de las anécdotas que vamos creando. Y para todos los argentinos hay momentos que no hubieran sido lo mismo sin una Tita o una Rhodesia. Pero ellas también crecieron y se convirtieron juntas en clásicos que acompañan a varias generaciones.
Estos clásicos surgieron en momentos distintos pero se convirtieron en compañeros y rivales a tal punto que cualquier chico o adulto, alguna vez tuvo que elegir de qué lado de la vereda pararse, como si la respuesta lo definiera de un modo u otro: ¿Tita o Rhodesia?
Esta historia comenzó cuando el joven argentino Edelmiro Carlos Rhodesia fundó una pequeña compañía de alimentos en su Lobos natal. En 1943 conoció a Lidia Martínez -viuda del Sr. Terrabusi- que se convertiría en su esposa y en cuyo honor Rhodesia luego creó un chocolate: Tita.
Tita, nació entonces en 1949 siendo parte de la vida de los argentinos desde antes de que llegara la televisión al país, cuando los chicos jugaban en las calles toda la tarde. Una década después, Lidia Martínez vendió la empresa de Rhodesia al primo de su primer marido, José Félix Terrabusi, heredero de la histórica Terrabusi Hermanos que fue fundada en 1911. En ese momento, José Félix quiso honrar al creador de la Tita y lanzó la que sería su compañera para siempre: Rhodesia, “la oblea que te vio crecer”.
A partir de ese momento, estuvieron unidas para siempre. Pocas marcas lograron crear un vínculo emocional tan fuerte entre las personas, un producto de calidad y su emocionante historia de más de seis décadas.
Ambos snacks se fabrican en la planta que Mondelēz International tiene en Pacheco, Provincia de Buenos Aires y, a diferencia de muchos de nuestros productos, toda la producción se destina a consumo local.
Con un relleno de esencia de limón y bañada en chocolate, Tita tiene el sabor al que ningún paladar puede resistirse. Como la Rhodesia, una crocante oblea cubierta de chocolate y que a los golosos hasta les da ganas de comerse el envoltorio. Con su gusto único y su fiel compañía durante tantos años, ambas se convirtieron en las golosinas elegidas por los argentinos.
Compañeras con algo de rivalidad, compiten para posicionarse como las favoritas de chicos y grandes. El fanatismo es tan grande que en 2008, a través de Facebook, se dio una votación para ver cuál era la golosina preferida. Todos sus fans se organizaron y crearon campañas para que su snack favorito quedara primero.
Fueron pasando de generación en generación, sobrevivieron a las alegrías y desilusiones de los mundiales de fútbol, vieron llegar el color a la televisión, fueron parte del primer beso de miles de personas y te acompañaron en los momentos más importantes de tu crecimiento.
En las épocas difíciles, se convirtieron más que nunca en aliadas de todas las familias. Por todo esto, se convirtieron en «lo mejor de tu infancia».
¡Ambas son 100% argentinas!