Desde el mes próximo, quedará prohibida la publicidad de tabaco en las marquesinas de kioscos y otros puntos de venta de la Capital Federal, a partir de la reglamentación de la Ley de Control de Tabaco porteña, con lo cual se dio el último paso para que Buenos Aires sea considerada una «Ciudad Libre de Humo».
Con la publicación en el Boletín Oficial de la Ciudad del decreto 153/12 que reglamentó la ley aprobada en diciembre de 2010 por la Legislatura, se estableció además a qué se considera espacio cerrado donde no se puede fumar -entre ellos los lugares de trabajo, oficinas, taxis, restaurantes, bares y cafeterías, colectivos, establecimientos educativos y shoppings- y se incorporaron advertencias en los avisos publicitarios en el interior de los puntos de venta.
«Era necesario definir con exactitud los alcances de la ley en aquellos casos en los que quedaban dudas sobre la interpretación del texto. Ahora, con la reglamentación, estamos en condiciones de disfrutar de entornos laborales libres de humo de tabaco, una medida indispensable para proteger la salud de todos los trabajadores», subrayó Marta Angueira, directora del Proyecto «Buenos Aires, Ciudad Libre de Humo».
Al reglamentar uno de los artículos de la norma, el decreto establece que desde el 25 de junio próximo -90 días después de la publicación- los puntos de venta de cigarrillos en la Ciudad «no podrán contener publicidad directa ni indirecta en la marquesina, mientras que en el interior, la publicidad debe contener mensajes sanitarios de advertencia con igual visibilidad que el mensaje publicitario».
Así lo señaló Angueira -quien además es coordinadora del Programa de Prevención y Control del Tabaquismo del Ministerio de Salud de la Ciudad-, al hablar en el marco de un taller de Periodismo Científico sobre ese tema desarrollado en la ciudad de Colonia del Sacramento, Uruguay.
Allí la especialista afirmó que la implementación de los «espacios libres de humo» constituye «un avance muy importante, porque además de contribuir a que haya gente que deja de fumar, se está protegiendo, sobre todo, al no fumador y se está mejorando la salud del 70 por ciento de la población» que no fuma.
«El humo que hay en el ambiente, que las personas aspiran en forma pasiva, sin ser fumadoras, es mucho más nocivo que el que aspira el fumador. Por ejemplo, las partículas de nicotina que inhalan los no fumadores o fumadores pasivos son más peligrosas, penetran más profundamente en el pulmón y hacen más daño», remarcó Angueira a partir de datos científicos.
La norma -ahora reglamentada- prohíbe fumar también en casas de lunch, cybers y locutorios, salas de recreación, cines y teatros, salas de fiestas en eventos de carácter privado, centros culturales, terminales de ómnibus, estaciones de subte, clubes deportivos y gimnasios y otros espacios cerrados de acceso público.
Según lo explicado, se estableció, además, que las personas que detecten que se está infringiendo la ley «pueden realizar una denuncia comunicándose al e-mail reclamostabaco@buenosaires.gob.ar o al número de reclamos 147.
También durante el desarrollo del taller, Gustavo Soñora Parodi, asesor legal de la Unión Internacional Contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias, Control del Tabaco, para América Latina, destacó que con la sanción de la ley y ahora con la reglamentación, la Ciudad de Buenos Aires «dio un gran paso hacia la protección de la salud de su población, estableciendo medidas de control del tabaco basadas en la mejor evidencia científica».
Remarcó que «los Estados deben adoptar resoluciones para dar plena oportunidad al derecho a la salud» de sus habitantes, e hizo hincapié en la necesidad de que «no haya decisiones aisladas, sino que se establezcan paquetes de medidas para que a largo plazo las políticas públicas tengan eficacia y se alcance el objetivo de disminuir el consumo de tabaco».
«Las medidas de protección contra la exposición al humo del tabaco en los lugares de acceso público, así como algunas medidas de prohibición a la publicidad dentro del ámbito de competencia del Gobierno de la Ciudad, demuestran una autoridad ejercida en el sentido de proteger la salud pública, en una búsqueda que debe intentarse hacia otras medidas eficaces en el control del tabaco», aseguró Soñora Parodi.
Sobre el éxito de estas medidas, Angueira subrayó que «el nuevo desafío es lograr el cambio social para que, en lugar de ser normal, fumar pase a ser ´lo raro´».
Las disposiciones de la norma y su reglamentación ratifican al Ministerio de Salud de la Ciudad como órgano de aplicación, y se establece que deberá «articular con la Agencia Gubernamental de Control y el Ministerio de Modernización para fiscalizar el cumplimiento» de la ley.
«Desde el área de Salud no sancionamos. Pero sí articulamos con quienes hacen las multas y con quienes se encargan de la fiscalización -destacó Angueira-. Ahora tenemos que seguir avanzando en el control del tabaco y trabajando en la implementación de la ley, para mejorar la salud de la población».
Fuente: Terra