Bajo protocolos sanitarios, la industria tabacalera volvió a trabajan para proveer a los kioscos ante el desabastecimiento de cigarrillos que trajo la cuarentena obligatoria en todo el país. El rubro es una actividad exceptuada en esta nueva etapa del aislamiento extendido por la pandemia de coronavirus.
Las fábricas tabacaleras cerraron el 20 de marzo cuando se estableció la cuarentena. Sólo había quedado exceptuada la producción primaria, siendo Jujuy, Salta y Misiones las provincias más fuertes. Con el parate en la producción, se vendieron cigarrillos del stock acumulado en las fábricas y las distribuidoras.
Forman parte de las casi 500 industrias que reabrirán sus puertas, pero concentran una atención especial por parte de los consumidores. El cierre de las tabacaleras producto del aislamiento obligatorio fue la causa del desabastecimiento de cigarrillos en todo el país.
De esta forma, las tabacaleras y gremio acordaron como “fundamental” garantizar el transporte del personal a las plantas elaboradoras y demás núcleos de comercialización, “sin utilizar el transporte público”, uno de los requisitos que el Gobierno anunció anoche como excluyentes para habilitar labores.
En detalle, Massalin Particulares fue quien reabrió hoy las puertas de su planta ubicada en la localidad de Merlo. Mientras que British American Tobacco (ex Nobleza Piccardo) ubicada en el partido de Pilar, aún no pudo presentar el protocolo. Tabacalera Sarandí por su parte, ya lo presentó al municipio de Avellaneda, y espera la autorización para subir la persiana.
Desde la industria anticiparon que con la vuelta de la producción volverán a abastecerse kioscos, estaciones de servicios y comercios entre el jueves y el viernes de esta semana, para Capital y el Gran Buenos Aires. Y a partir de la semana que viene, en el interior del país.